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Una de las particularidades del primer período de Acción Rizoma fue la colaboración de un grupo de artistas de la Visualidad, la Música y la Ingeniería en Sonido, para realizar una propuesta de concierto sonoro-visual en diferentes escenarios capitalinos, que escaparan del circuito tradicional de las Artes Visuales de aquellos años. Bajo la clave de un guión, entendido como una partitura coreográfica, nos distribuimos entre una serie de materiales lumínico-sonoros, ensamblados para cada acción. La luz se dispuso a travez de 6 televisores con videos sincronizados "a mano" y alternadamente y una mesa de luces Leds DIY (Hagalo ud misma) que “se tocada” poniendo en evidencia las líneas arquitectónicas estructurales de cada escenario. El sonido, en referencia a los materiales, estaba reforzado por 6 cajas acústicas, dos ubicadas en el escenario y una cuadrafonía que envolvía a la audiencia.