Desde una serie de artefactos hogareños, en un constante encuentro y búsqueda de piezas que “impregnadas de humanidad” forman parte del mundo material y familiar que orbita la vida, muchas veces desahuciados, oxidados, dislocados y bien trajinados. De manera desprejuiciada recompongo la mirada y escucho un sin fin de combinatorias que permiten llevar hacia otras dimenciones la materialidad, liberada de la forzada y programada obsolescencia.

En compañía de estos artefactos de diferentes procedencias, predominantemente análogos -entre instrumentos musicales, juguetes y otros componentes, preparados y de la electrónica DiY-, materiales latentes de ser activados en nuevas relaciones y alteraciones que distorsionen la manera habitual de percibir. Ensamblajes sonoro-visuales que se conectan y transforman en constante movimiento, permeables a reconectarse en distintas combinatorias, confluyendo como parte de una acción.